En casa siempre dicen que para ser lo más feliz posible en este mundo tan "jorobao",
lo mejor es NO tomarse la vida demasiado en serio, aceptarse tal y como se es y reírse todo lo que se pueda y especialmente, reírse de uno mismo.
Reconozco que al principio me daba un poquito de vergüenza enseñaros una foto que luego veréis,
pero antes me gustaría explicaros por qué llegué a estar así.
Cuando aparecí por el jardín de Efi y me instalé como "el ocupa", al no estar acostumbrado a tener la comida asegurada, pues comía y comía. Además enseguida me esterilizaron.
El resultado fue que en poco tiempo pasé de ser un gato esbelto y callejero, a un gato rechoncho y con casa.
Como me puse orondito, muy orondito, y ya sabéis que en casa tienen una obsesión con mi peso, la dieta, la báscula de cocina y la otra también, me dijeron que no podía seguir así y que debía hacer deporte.
Y puesto que tenía un pequeño jardín, podría jugar al fútbol.
En el siguiente vídeo de sólo 13 segundos (doy mi palabra de gato, que lo de 13 segundos ha sido otra casualidad), vais a ver cómo lo hacía.
Con tantas carreras y tanto entrenamiento, cuando terminaba estaba de un hambriento que lo único que quería era comer, comer más y descansar.
Así que pensé que mejor que ser delantero de fútbol, que no para de moverse y gasta mucha energía, sería portero, que se mueven mucho menos y están bastante más tranquilos.
Y esta es la foto de la que os hablaba al principio, que me daba algo de vergüenza porque os podíais reír (pero para eso la pongo)
de cuando me hice portero de fútbol.
Pero cuando un deportista hace menos ejercicio o deja de entrenar, suele pasar que toda la masa que tiene de músculo se convierte en grasa. Y eso es lo que me pasó a mi.
La parte positiva es que era muy buen guardameta, no dejaba ni un resquicio en la portería para que entrase un balón, todo el espacio lo ocupaba yo .
La parte negativa; que al moverme menos, de nuevo engordé.
Y vuelta a empezar con la dieta, la báscula de cocina...
¿ Y cómo lo solucionamos?
... años después seguimos en esa lucha.
He estado reflexionando y recordando aquella etapa de mi vida en la que jugué al fútbol y me he reído viendo mi foto tan gordito
Y si para ser feliz hay que reirse, me reiré de mi y si para ser feliz hay que aceptarse tal y como se es, también me acepto.
Que estar algo rellenito, no va a quitarme el sueño. Porque
meditando y meditando he llegado a la conclusión de que
" La risa será muy buena, pero la siesta también ".