23 de septiembre de 2014

Aires



 Estaba meditando a la sombra, tan relajado que me quedé dormido, cuando un violento ruido

algo así como un gran estallido, me despertó.

Subí a mi oteadero para desde allí ver el prado de al lado, porque de ese sitio era de donde provenía el estrépito; más que estrépito casi diría
 ¡El bombazo!

Y vi a Perla, mi vecina.

Que al verme con cara de susto y de (por cierto) recién despertado, me dijo:
 "Oh Carlitos, no era mi intención interrumpir tu siesta, lo siento de veras. Anda, ven con nosotras que te invitamos a merendar." 

Ante semejante propuesta, se me olvidó el susto, el sueño, y bajé con la rapidez de un rayo al prado. 
Y allí estaba también Ruta, que me dijo:
 "Verás Carlitos, nosotras somos vegetarianas y nos alimentamos con esta riquísima hierba
 ¡Prueba prueba, verás que tierna y jugosa está!"

Me decepcioné bastante al enterarme en qué consistía la merienda.
 Yo estaba algo reticente a comer, pero viendo que ellas no dejaban de relamerse y viendo lo rollizas que estaban, (pues era llamativo que mis vecinas tuvieran unas barrigas tan gordas), pensé que la hierba debía de ser muy nutritiva y me animé a probar.
Y no me disgustó, algunas flores tenían un sabor muy rico.

 Ya empezaba a diferenciar (y a apreciar) el sabor de las margaritas, del de los diente de león, cuando noté que mi vientre comenzaba a hincharse, al mismo tiempo que sentí un fuerte dolor en él y un pinchazo que me hizo decir: ¡Uyyyyy!
  Se miraron con complicidad la una a la otra, y  guiñándome un ojo, Ruta me dijo:
"Ah, se nos había olvidado hablarte de "ese pequeño problemilla", pero ¿A que es deliciosa?
 Está tan buena que nosotras nos pasamos el día y la noche comiendo, 
Es que amigo, este tipo de comida, con tanta celulosa, nos genera mucha flatulencia, y ese fue "el pequeño problemilla", que te despertó, querido Carlitos, un problemilla bien ruidoso, por cierto."
Y las dos empezaron a reírse a carcajadas.
Y Ruta seguía explicándome cosas de la digestión, las bacterias y la fermentación, los gases ...
Pero yo ya no le prestaba atención porque estaba demasiado preocupado, pues sentía que mi tripita  se inflaba e inflaba, al mismo tiempo que experimentaba una sensación muy extraña.
 Y empecé a oír las voces de mis vecinas cada vez  más y más lejos, y las veía, más y más pequeñas. 
 Y es que de tanto comer hierba, 
me había hinchado y estaba volando como un gran globo de gas por el cielo, entre las nubes, y...

 En ese preciso momento, oí la dulce voz de mi madre que decía "Carlitooos, hora de comeeer"

 Y solo fui capaz de decir una cosa:

¡¡Y que nadie me hable de lo "ligeras" que son las verduras!!




7 de septiembre de 2014

Renatográfico



  En esta entrada sólo quiero hablar de un tema: Renato.

 Así que voy a empezar este monográfico o mejor dicho, renatográfico.
Hoy hace un año que desde Badajoz llegó mi hermano Renato.
 Esta foto es una de las que Kira colgó en su blog cuando lo difundió.
 De aquella, Él vagaba por la calle y era conocido como "el abuelo siamés".. 

En cuanto mi madre leyó que se buscaban adoptantes, se quedó pensando, pensando y pensando, ..y tardó poco en decidir que iba a escribir diciendo que ella lo quería. Y que se llamaría Renato. 


Cuando llegaron con Él y lo vi por primera vez, me dio miedo .
 No sólo porque lo encontré bien feo, sino porque... pues porque sí.
Estaréis pensando que soy un gato asustadizo. Pues habéis acertado de lleno.
 Pero no había razón para tales miedos, puesto que Renatín es un gato tranquilo y no quiere sacarle los dientes a nadie. Primero porque está totalmente desdentado, y segundo porque no es agresivo.

A Renato, al que no es muy frecuente verlo con los ojos abiertos y la lengua dentro de la boca,

 le encanta improvisar almohadas donde apoyar su cabeza.

le gustan mucho los documentales y se pone a verlos en primera fila.
(también puede ser que se acerque tanto a la pantalla porque sea miope)

y me hace reír con sus posturas graciosas.¡ Y hasta ya lo veo guapísimo al Renatuquín!

Renato, ese viejito juguetón, sin dientes, con inmunodeficiencia felina, con insuficiencia renal,
y simpático, bueno, cariñoso..
 se ha hecho un hueco en mi cama

  en mi mesa

y en mi vida . ¡ Es el mejor compañero que podría tener!

 No se cómo habrá sido su vida antes de que se acoplara a una colonia.
No se si siempre ha vivido en la calle, se perdió, lo abandonaron o qué,
pero Renato no está resentido con el mundo, y en seguida se hace amigo de todos.


 Sólo deseo que su vida pasada, hasta que llegó a la nuestra, haya sido tan buena como ahora, o más. Porque al menos ahora, se que feliz


Mi reflexión de hoy es que
 "Si Renato está feliz y yo estoy feliz de que esté aquí, quizás la felicidad sea contagiosa"