Hacía poco tiempo que había terminado de comer, así que era la hora de la siesta, de una de las siestas.
Estaba recostado contra el futuro Árbol de Navidad
y a pesar del ligero sopor que empezaba a invadirme, meditaba concienzudamente sobre dónde iba a colocar los adornos, cuando me pareció oír algo a lo lejos.
Algo que me sacó de mis cavilaciones y me puso alerta.
El sonido se iba acercando y parecía una voz.
Intrigado me subí al árbol para intentar ver mejor desde allí arriba.
Entonces con toda claridad, oí, cada vez más cerca, esta frase; "ya llega, ya llega".
Y para mi sorpresa, vi como se acercaba a grandes zancadas, ¡una zanahoria!
Se alejó tan rápido como que llegó, a toda velocidad, y gritando con gran excitación
"Ya llega, ya llega El Espíritu de la Navidad" .
Ahora era yo el que gritaba con gran excitación; Renatooo, Pulguiii, Beneee, Mamaaá
y entré corriendo en casa a contarles lo que había visto.
Todos estuvieron de acuerdo en que me había quedado dormido y lo había soñado, Pulguerín incluso se desternillaba pensando en la zanahoria gritona al galope.
Pero no me convencieron, y le pregunté a mi madre si había un señor llamado Espíritu de la Navidad .
Ella me explicó que no era un señor, que no existía, pero que... podría ser una especie de sentimiento que tenían algunas personas
cuando llegaba la Navidad y que consistía fundamentalmente, en ser un
poquito mejor.
Y me contó que durante la Nochebuena de 1914, en la Primera Guerra Mundial, los ejércitos de británicos y alemanes que se estaban matando, hicieron una tregua por unas horas y juntos cantaron y celebraron aquella noche.
Que en estas fechas mucha gente era más solidaria y ayudaba a los demás;
Se hacían bancos de alimentos para quienes los necesitaban, se donaban los ahorros de la hucha, se daban juguetes a los niños que no tenían, que en general se trataba de hacer cosas buenas por los más desfavorecidos.
A la mañana siguiente cuando salí al jardín a poner los adornos de Navidad en el árbol,
me encontré algo que hizo sonreir.
Estoy seguro que eran,
las huellas del Espíritu de la Navidad.
Y amigos, desde ese momento empecé a meditar sobre ese sentimiento y en que es una pena que ese espíritu navideño no dure todo el año,
y seguí pensando y pensando y sin apenas darme cuenta, esta mañana me he quedado perplejo al ver que ya era 1 de febrero, y ya había pasado la Navidad y un mes más.
Y como no lo he hecho, quiero felicitaros las fiestas...espero que hayan sido buenas y os deseo un feliz año nuevo....
aunque claro, como llevo tanto retraso lo que podría hacer es adelantarme y felicitaros las futuras Navidades... al fin y al cabo, el tiempo pasa volando.
Bueno, que sea como sea, pero desde casa todos juntos,
os deseamos "Feliz añooooo, éste, y todos los que vengan"
*No hemos cambiado de madre, es la misma que está algo renegrida porque no le llega bien la sangre a la cabeza.
¡Que ahora somos tres y el peso se nota!