Voy a contaros un relato que me puso los pelos de punta.
Ayer por la noche.
22:15 horas, mi madre se pone a ver una película en la sala, el Bene dice,"Bajo la basura y después me voy a leer a la cama".
Ella me llama unas cuantas veces pero no voy. A esas horas suelo estar un rato mirando por la ventana en una habitación, (llamémosla lila) y luego voy con ellos.
Se pone a ver la peli y como casi siempre, enseguida se queda dormida.
Se despierta hacia las 01:00 horas y cosa rara, yo no estoy encima de ella
Esta descripción ha sido para situaros y ahora ... ¡Acción!
Mi madre se levanta, va a la habitación lila a buscarme y no estoy, va a la habitación de dormir (naranja) donde el Bene sigue leyendo, y tampoco estoy, va a la habitación amarilla, y no estoy. Ni en los baños. Ni en la cocina, y allí, la ventana que da al patio, está cerrada (en ese momento ya está muy nerviosa). La abre esperando encontrarme afuera, tampoco estoy.
El Bene ya está buscando por toda la casa, en armarios, debajo de butacones, los dos están bastante alterados buscándome.
Se ponen a pensar: Mi madre recuerda que no abrió la ventana de la cocina para que saliera al patio porque llovía, el Bene recuerda que cuando bajó la basura, en contra de lo que hace siempre, esta vez dejó la puerta una gotita abierta.
Mi madre está completamente descontrolada, diciendo"Se ha perdido, lleva casi tres horas perdido¿Donde estará Carlitos? ¡Madre mía, madre mía, Carlitooos! Mi pobre Carlitos, mi gordito querido, qué horror " ... y cosas bastante irracionales y absurdas. El Bene cuenta que nunca la ha visto así.
Benefactor se pone un anorak, que mete mucho ruido, un gorro, coge una linterna y sale a buscarme.
Mi madre se pone un abrigo, sale y enseguida oye un maullidito lejano. Ya está más tranquila.
Baja las escaleras hacia los garajes, y no estoy, pero sigue oyendo ese débil maullido en alguna parte. Empieza a subir los cuatro pisos del edificio, a la altura del segundo se encuentra con el Bene que baja conmigo en brazos.
Por fin estoy en casa.
Ceno, hago pis y estoy tan pancho, aunque me preocupa mi madre.
El Bene se acerca a ella, que está en cuclillas en el pasillo, respirando de forma muy agitada (hiperventilando) Dice que le duele el pecho. A mi me apetece darle una bolsa de papel para que respire, lo he visto en las películas, porque creo que del miedo que ha pasado, tiene un pequeño ataque de ansiedad.
Pero enseguida se le pasa y todos nos vamos a la cama.
Pensaréis, pero Carlitos ¿ Es que no llamabas?
Os diré que como no suelo salir a las escaleras, me despisto y no tengo muy claro cual es mi piso, y tampoco tengo un buen chorro de voz. Empecé a maullar cuando vi al Bene, pero porque me asustaba el ruido de su anorak, bueno... en realidad me asustaba todo, ni lo reconocí del susto que tenía.
Cuando me encontró yo estaba al final de la escalera, en el tramo que lleva a la terraza y al verlo, o bien subía más las escaleras o las bajaba, y no me dejaba coger. Hasta que me pilló.
Ella me llama unas cuantas veces pero no voy. A esas horas suelo estar un rato mirando por la ventana en una habitación, (llamémosla lila) y luego voy con ellos.
Se pone a ver la peli y como casi siempre, enseguida se queda dormida.
Se despierta hacia las 01:00 horas y cosa rara, yo no estoy encima de ella
Esta descripción ha sido para situaros y ahora ... ¡Acción!
Mi madre se levanta, va a la habitación lila a buscarme y no estoy, va a la habitación de dormir (naranja) donde el Bene sigue leyendo, y tampoco estoy, va a la habitación amarilla, y no estoy. Ni en los baños. Ni en la cocina, y allí, la ventana que da al patio, está cerrada (en ese momento ya está muy nerviosa). La abre esperando encontrarme afuera, tampoco estoy.
El Bene ya está buscando por toda la casa, en armarios, debajo de butacones, los dos están bastante alterados buscándome.
Se ponen a pensar: Mi madre recuerda que no abrió la ventana de la cocina para que saliera al patio porque llovía, el Bene recuerda que cuando bajó la basura, en contra de lo que hace siempre, esta vez dejó la puerta una gotita abierta.
Mi madre está completamente descontrolada, diciendo"Se ha perdido, lleva casi tres horas perdido¿Donde estará Carlitos? ¡Madre mía, madre mía, Carlitooos! Mi pobre Carlitos, mi gordito querido, qué horror " ... y cosas bastante irracionales y absurdas. El Bene cuenta que nunca la ha visto así.
Benefactor se pone un anorak, que mete mucho ruido, un gorro, coge una linterna y sale a buscarme.
Mi madre se pone un abrigo, sale y enseguida oye un maullidito lejano. Ya está más tranquila.
Baja las escaleras hacia los garajes, y no estoy, pero sigue oyendo ese débil maullido en alguna parte. Empieza a subir los cuatro pisos del edificio, a la altura del segundo se encuentra con el Bene que baja conmigo en brazos.
Por fin estoy en casa.
Ceno, hago pis y estoy tan pancho, aunque me preocupa mi madre.
El Bene se acerca a ella, que está en cuclillas en el pasillo, respirando de forma muy agitada (hiperventilando) Dice que le duele el pecho. A mi me apetece darle una bolsa de papel para que respire, lo he visto en las películas, porque creo que del miedo que ha pasado, tiene un pequeño ataque de ansiedad.
Pero enseguida se le pasa y todos nos vamos a la cama.
Pensaréis, pero Carlitos ¿ Es que no llamabas?
Os diré que como no suelo salir a las escaleras, me despisto y no tengo muy claro cual es mi piso, y tampoco tengo un buen chorro de voz. Empecé a maullar cuando vi al Bene, pero porque me asustaba el ruido de su anorak, bueno... en realidad me asustaba todo, ni lo reconocí del susto que tenía.
Cuando me encontró yo estaba al final de la escalera, en el tramo que lleva a la terraza y al verlo, o bien subía más las escaleras o las bajaba, y no me dejaba coger. Hasta que me pilló.
¡Ay! Como podéis leer, ha sido un rato angustioso de escasos 15 minutos para ellos
y de casi 3 horas que estuve fuera de casa, para mi
y de casi 3 horas que estuve fuera de casa, para mi
Esta mañana todos muy contentos, hemos celebrado que he vuelto a nacer ( si, sabemos que es una exageración ) con una canción que también me sirve para hacer una despedida, la del proyecto que inicié la semana pasada como músico.
Y es que mi voz, aunque le pongo entusiasmo, es limitada...entre otras cosas, para cantar .
Aquí os dejo el dueto mañanero.
Tanto tiempo en la escalera me permitió meditar.
Lo primero que pensé es que tenía muchas ganas de que llegase el buen tiempo para irme a la casita, al jardín de Efi. ¡Aquello sí que lo conozco bien!
También pensé en las ganas que tenía de hacer pis, porque salí a la hora en que suelo hacer el de la noche.
Ya en casa, medité sobre mis humanos, siempre creyeron que yo era bastante predecible en lo que hacía. Después de este mini-despiste, que podría haber sido garrafal si el portal estuviera abierto(cosa muy rara), y yo hubiera salido, van a estar más alerta y no confiarse.
Y en mi, que soy impredecible porque cosas que nunca hago, como salir a la escalera, ayer lo hice.
Doble reflexión final
"Mucho cuidado amigos humanos y amigos gatos, que lo predecible puede ser impredecible"
y
"Puedo aguantar mucho tiempo sin hacer pis"